Pinto la memoria del agua: la luz que queda después de las heridas y la belleza que surge cuando el alma vuelve a respirar.

Mi obra nace donde el cuerpo, la emoción y el océano se tocan. No represento el mar: lo invoco como matriz primordial.

Trabajo desde un enfoque bio-neuro-artístico:

• bio: mis piezas replican dinámicas naturales del océano —corrientes, erosiones, respiraciones minerales— mediante arenas, gessos, sedimentos y pigmentos vivos.

• neuro: mi lenguaje dialoga con la memoria, la herida y la intuición profunda; cada obra es un vestigio emocional.

• artista: concibo la práctica como un puente entre materia, símbolo y sensibilidad contemporánea.

Utilizo materiales orgánicos atlánticos —arenas, minerales, cortezas, fragmentos marinos— que se convierten en fósiles de luz.

Cada pieza es un territorio interior: un lugar donde la claridad encuentra cuerpo.

Como Meiga do Mar, transformo experiencia en belleza.

Mi obra es una cartografía del renacer, pensada para espacios que buscan presencia, calma y profundidad simbólica.

Mis obras no representan: revelan.

Cada una es un umbral.